Cuando los días empiezan a acortarse, tu recorrido habitual puede volverse repentinamente más oscuro.
A continuación se indican algunos pasos sencillos que puede seguir para mantener la seguridad y la comodidad mientras conduce de noche:
- Elige la luz adecuada
Ya sea que conduzcas de noche, temprano por la mañana o en días de niebla, un faro delantero, una luz trasera y una luz de freno integradas son elementos imprescindibles. No solo iluminan tu camino, sino que esta combinación también permite que los autos noten tu presencia.
Cuando se trata de seleccionar su faro, probablemente esté pensando que más brillante significa mejor, pero no es tan simple.
Existen algunas luces en el mercado que proporcionan más de mil lúmenes (la medida estándar de brillo), pero probablemente no sean prácticas para tu estilo de conducción. Por ejemplo, algunas luces delanteras de bicicleta de montaña proporcionan alrededor de 4200 lúmenes, que son 6 veces más lúmenes que las luces delanteras de un automóvil. Esto es fantástico para pasear por el bosque de noche, pero no tiene sentido para andar por la calle.
Si usas demasiadas luces, corres el riesgo de cegar a los vehículos que vienen en sentido contrario, lo que puede ponerte en una situación delicada. Además, si usas demasiadas luces, te resultará más difícil ver las luces de freno y las direccionales de los vehículos que te rodean.
- Vístete (¡y viste a tu bicicleta!) para el éxito
Para empezar, esto significa usar ropa reflectante para atraer la atención de los conductores. Puede ser una chaqueta fluorescente o un casco brillante, pero un estudio reciente de la Universidad de Clemson muestra que si realmente quieres que te vean, también debes usar pantalones o calzas reflectantes.
Esto se debe a que los conductores están programados para percibir el movimiento en la carretera y, cuando pedaleas, tus piernas se mueven. Teniendo esto en cuenta, si la parte inferior de tu cuerpo está cubierta de material reflectante, tienes muchas más posibilidades de destacar.
Asegúrate de que tu bicicleta también esté preparada para una máxima visibilidad. Mantén la luz delantera encendida, elige una luz trasera y considera cubrir el cuadro y los guardabarros con algunas pegatinas reflectantes de seguridad.
- Conducir a la defensiva
Conducir a la defensiva es especialmente importante cuando se circula por la ciudad. Según los últimos datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, el 75 por ciento de las muertes de ciclistas que involucran vehículos de motor se producen en zonas urbanas y el 27 por ciento en intersecciones de tráfico.
No importa cuán grandes y potentes sean tus luces, o cuán brillante sea tu nueva y genial chaqueta totalmente reflectante, aún debes conducir como si los demás usuarios de la carretera no te vieran. (De hecho, ¡esto también es cierto durante el día!)
Esto se reduce a usar el sentido común. Tómate más tiempo en las intersecciones para detenerte y mirar a ambos lados. Si estás en una calle angosta y ves una luz detrás de ti, considera detenerte y dejar pasar ese auto. Y si sueles escuchar música, intenta dejar el altavoz Bluetooth en casa para poder prestar toda tu atención a la carretera.
Planificar la ruta correcta también es una gran medida defensiva. Dirígete a donde te esperan los coches: carriles bici, ciclovías y otras zonas de mucho tránsito ciclista. Lo último que quieres es que un coche se cruce en la esquina y se sorprenda de que estás ahí.
Simplemente recuerda que tampoco ves tan bien de noche, así que reduce la velocidad, ten cuidado con los baches y mantén la guardia alta.
Y asegúrate de mantenerte en tu zona de confort, especialmente cuando recién estás empezando. Ser cauteloso no significa tener miedo a la oscuridad.
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